Aún no hemos despertado del sueño que vivimos el pasado 20 de mayo durante la décima edición de La Noche en Blanco de Málaga. Por unas horas el entorno de la capilla del Puerto se convirtió en un espacio onírico que permitió a los visitantes andar sobre la fina línea que separa la ficción y la realidad.
Nuestros compañeros de sueños fueron los alumnos de la Escuela Superior Técnica de Arquitectura de la Universidad de Málaga. Respondieron a la llamada de Muelle Uno para intervenir el espacio. De las cerca de diez propuestas presentadas se escogieron dos que se fusionaron para crear Oniros, una intervención tan efímera en el tiempo como eterna en nuestros recuerdos.
Más de 13.000 tiras de tejido de color blanco convertían el espacio en un misterioso laberinto. Proyecciones, música en directo, bailarines, humo…completaban la experiencia.